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27 de diciembre: 215 años del natalicio de Manuela Sáenz

Se cumplen 215 años del nacimiento de una de las más grandes mujeres en la historia de nuestro continente, Manuela Sáenz, la caballeresca del sol y la libertadora del libertador.

Manuela Sáenz Aizpuru de Thorne, conocida como Manuelita Sáenz, nació en Quito (actual Ecuador) en 1797. A muy temprana edad su madre y ella apoyaron las rebeliones populares a favor de la independencia. En 1817 se casa con el inglés de apellido Thorne.

Manuela se transforma en una activista insurgente en contra del virrey del Perú José de la Serna (autoridad española para 1820). En 1822 se le condecora por sus servicios a favor de la independencia con la distinción de Caballeresa del Sol.

En 1822 conoció en Quito al que fue su gran amor: el Libertador Simón Bolívar. Participa en acciones de combate para reducir un motín de la Plaza de Quito. Durante la campaña del Perú comandada por Bolívar, Manuela estaba casi siempre cerca de Bolívar, inclusive en algunas acciones de combate.

Entre finales de 1826 y principios de 1827 es apresada y desterrada de Lima (Perú). En 1828, estando con Bolívar en el palacio de gobierno de Bogotá (Colombia) en donde intentaron asesinar al Libertador, gracias a Manuela quien le dice que debía escapar por una ventana, logra salvar al Libertador, y es a partir de ese mismo año que Bolívar la nombra La Libertadora del Libertador.

Después de la muerte de Bolívar (1830) Manuela es expulsada de Bogotá, se va al exilio para terminar viviendo en la localidad de Paita (Perú).

En su casa recibe a varios personajes importantes del siglo XIX, como Simón Rodríguez, Giuseppe Garibaldi, Herman Melville a quienes les interesaba hablar y oír a una mujer patriota y muy influyente en los últimos 8 años de la vida de Simón Bolívar. Manuela murió de difteria en 1856 y muchos de sus escritos y objetos personales fueron quemados con ella por temor a la propagación de la enfermedad.

En 1985 fue descubierta la fosa en donde sus restos fueron arrojados, gracias a un objeto que la vinculaba con el Libertador Bolívar.

El 5 de julio de 2010, en conmemoración del 199° aniversario de la Firma del acta de Independencia de Venezuela, llegó al Panteón Nacional un cofre que contenía tierra de la localidad de Paita, en Perú, donde fue enterrada Manuela Sáenz, el 23 de noviembre de 1856.

Estos restos simbólicos fueron trasladados por tierra atravesando Perú, Ecuador, Colombia y Venezuela, hasta arribar a Caracas, donde reposan, en un sarcófago diseñado para tal fin, junto al Altar Principal en el que yacen los restos del Libertador Simón Bolívar.

Manuela es la encarnación de la lucha de millones de mujeres por la causa del amor y de la libertad. Es la expresión de lo que significa ser latinoamericano, lo que es la mujer en América Latina, las mujeres en nuestra historia.

Hoy, en un nuevo aniversario de su natalicio y a la luz de los procesos que hoy construimos en Latinoamérica, no basta en recordar a Manuela como la simple compañera sentimental del Libertador, no basta con conmemorar su nacimiento o recordar su muerte cada año. Manuela debe habitar por siempre en nosotros, ser consecuentes con lo que significa Manuela Sáenz, representar para siempre las causas del amor y de la libertad que nos inspira, conspirar por siempre contra la injusticia, revelarnos con la dignidad que tuvo Manuela para erguirse frente a la ignominia, la traición y frente a quienes no creían ni creen en su sagrada causa. Hacer que Manuela exista siempre en nosotros.

Cada día, en cada acto, si somos más Manuela y somos más Bolívar, estaremos honrando su memoria: estaremos actuando en consecuencia.
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